EL ANALISIS Y LOS “ANALISTAS” POLITICOS
El análisis político es un producto elevado de la ciencia política y se lo consigue utilizando pertinentemente las categorías y los conceptos elaborados por las distintas corrientes del pensamiento político con referencia a una determinada coyuntura política de una formación social o de los acontecimientos nacionales o internacionales.
Nada de esto ocurre con la legión abigarrada de supuestos ”analistas” políticos que pululan en nuestro país sobre todo en los medios de comunicación privados, todos orientados hacia la derecha extrema y siempre dispuestos a defender los intereses mezquinos de las clases dominantes que son las que financian los desatinos de una verdadera ideología política con pretensiones de ciencia política.
El cúmulo de ideas más empíricas, expresiones de deseos y de resentimientos con el proceso de cambio, ¡NO SON ANALISIS POLITICOS! Son simple y llanamente expresiones ideológicas en el auténtico sentido de la palabra.
Es sabido y conocido que empíricamente en la actividad política corriente y discursiva existen enormes cantidades de ideas de todo tipo que circulan en el seno de las sociedades sin ningún concierto y simplemente como “ideas” sobre la política. Estas “ideas” de la política son vertidas, con todo derecho, por cualquier hijo de vecino, por cualquier persona que piensa la política desde su perspectiva particular. Nada más lejanas estas ideas políticas del verdadero análisis político
Nuestros “analistas”, por mucha especulación política o apolítica que expresen con pretensión científica, son simple y llanamente “opinadores” vulgares de la política, como lo puede ser, ya lo hemos dicho, cualquier ciudadano que pasea por la calle y comenta los acontecimientos del día desde su óptica mezquina e individual. Ahora, estos opinadotes profesionales y subvencionados, están desesperados en lograr que los múltiples candidatos presidenciales de la derecha se unan en un frente común, pero adicionalmente algunos de eso/as “opinadores/as” ya es, o pretende ser candidato o candidata a la presidencia de la República.
La CIENCIA POLITICA, en cambio, debe partir siempre de la conceptualización de las categorías políticas que se emplean en el discurso, en la conferencia o en la exposición política. Debe basarse en la articulación lógica de esos conceptos que forman el cuerpo teórico de modo que el ANALISIS sea efectivamente científico. De ese modo se puede comprender qué es lo que acontece en la hora histórica tan trascendental que vive Bolivia. Los “analistas” con su visión mercantilista, no comprenden o no quieren comprender, no entienden o no pueden entender, que Bolivia es un país indígena, que Bolivia vive un proceso muy profundo de cambios, que no se deben al Sr. Morales o al MAS, sino que surge de las ansias de libertad, y democracia de generaciones de luchadores que enfrentaron a las dictaduras y a regímenes oligárquicos excluyentes. Nuestros analistas, enceguecidos por complacer a los dueños de los medios de comunicación que financian a manos llenas sus “comentarios” y “análisis”, se lanzan a diatribas infames contra los campesinos, contra los obreros, contra los indígenas que, según ellos, serían ahora “privilegiados”, algo que raya en la más absoluta aberración
Una muestra muy pertinente del abuso que se hace por parte de la derecha reaccionaria a la que representan nuestros “supuestos” analistas, es precisamente la confusión total que tienen sobre los conceptos de Estado, de Nación, de Clase, de República, de País, de Democracia, de Revolución, etc., etc. Para estos “supuestos” analistas, no son éstos conceptos teóricos, sino palabras vacías que brotan de sus labios con una irresponsabilidad manifiesta. Algunos de ellos están admirados y sorprendidos de que se reconozcan 36 naciones y nacionalidades en Bolivia, al respecto interpretan esa realidad como si se estuviera sosteniendo la existencia de 36 Estados independientes y lloriquean sobre una supuesta disgregación del país. No comprenden que es precisamente el reconocimiento de la enorme diversidad que existe en el país el que garantiza su UNIDAD. Otros gimotean en torno a una supuesta desaparición de la República; no tienen siquiera el cuidado de leer el art. 11º. de la nueva C.P.del Estado.
Nuestros “supuestos” analistas tienen más “éxito” cuanto más sañudamente y sin argumento teórico alguno atacan personalmente y sobre todo con insultos al proceso de cambio y al propio presidente de la República. Cuando estos “supuestos” analistas llegan al insulto contra el proceso, entonces consiguen la categoría de “candidatos” a la Presidencia de la República.
Es éste el nivel intelectual ridículo al que ha llegado en nuestro país el “análisis político”, gracias a los medios mediocres de comunicación. La “ciencia” política de los “supuestos” analistas bolivianos es, pues, una miserable verborrea insulsa e inconsistente.
En las diversas “carreras” de Ciencia Política que ahora existen en nuestras universidades públicas y privadas, muchas de ellas de un nivel académico lamentable, al influjo de la neoliberalización y la privatización de la educación superior, se ha logrado degradar completamente la ciencia política, así el actual producto de esas carreras es, precisamente, la camada de “supuestos” analistas que con un título “supuesto” y fraudulento, exhiben su ignorancia ante los medios de comunicación privados al servicio incondicional de la reacción neofascista.
En nuestra querida Carrera de Ciencias Políticas de la UMSA, al amparo del neoliberalismo más agresivo, se ha llegado a suprimir todas las materias que tiene que ver con el análisis político verdadero, se ha suprimido, por ejemplo, la cátedra de Filosofía, las cátedras de Formaciones Sociales, las cátedras del análisis marxista, como si el marxismo no fuera parte importante de todo pensamiento y teoría política y se las ha sustituido por asignaturas como las de “mercadeo” político (marketing) en consonancia con la hegemonía del “pensamiento único” que, como no lo han advertido hasta ahora las actuales autoridades, ya ha pasado de moda en todo ambiente académico y universitario, donde está volviendo paulatinamente el auténtico espíritu universitario que debe liberar a esas casas de estudio de la servidumbre a la reacción.
El famoso y tristemente célebre “mercadeo” político, consideraba a las elecciones como negocios que debían redituar jugosos beneficios económicos, las campañas electorales como inversiones, el voto como mercancía y los partidos como empresas privadas. Esa conceptualización de la política ya no tiene vigencia y sus “analistas” están totalmente perdidos con sus “análisis” insulsos.
Jorge Echazu Alvarado.
Fundador de la Primera Carrera de Ciencias Políticas en Bolivia.
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