miércoles, 30 de septiembre de 2009

Cada quien sabe con que soga se ahorca.



De lejos el peor partido de Bolívar en el año, el quipo fue muy tibio y el técnico no nos mostró un orden táctico que seguramente puede tener el equipo, The Strongest no fue mejor pero si estuvo mas comprometido con el partido, seguramente que en gran parte por obligación a hacerlo y sin dejar de mencionar que nos mantuvo con el estomago en la boca gran parte del partido.
Soy un defensor a ultranza del buen futbol, del que se juega con gusto y creo que el Bolívar 2009 es demasiado resultadista y en mas de una ocasión nos hemos llevado sorpresas (léase San José Vs. Bolívar hace unos meses).
Quinteros (aunque todos me van a rezongar) no es un técnico para Bolívar y mas pronto que tarde nos va a pasar factura por que se esta haciendo del equipo pero lo esta llevando a un contexto que no es para el club (bueno ahora es empresa, pero no importa, ya saben a que me refiero)
Ahora si le toca al del frente, The Strongest, confunde a su hinchada, perdón no es la institución, es su “técnico” lo único que Sandro Coelho le aporta al club es unidad en el grupo, claro que si tomamos en cuenta que el era siempre el que cambiaba técnicos en Achumani, hoy desde luego a cerrado el circulo y nadie lo molesta. Creo, humildemente que se necesita tener un técnico de manera urgente, no generan un volumen de juego respetablemente articulado y con corazón y garra se gana, pero se tiene un techo y ese techo se mostró hoy, cuando el animo empieza a afectar a las piernas este se convierte en impotencia y creo que la mejor prueba de lo que digo son las expulsiones, cuatro en dos partidos.
La ultima, es para el arbitro, no podemos seguir jugando con arbitrajes tan pobres, es una pena ver como el arbitro se roba el espectáculo porque en su ineficiencia su único recurso es compensar todo el partido de manera demencial, hoy comentaba “Bolivar 2 Gamboa 1” y no es una ofensa para el equipo de The Strongest, porque jugaron muy bien pero vamos a coincidir que Gamboa le robo a la gente la posibilidad de sufrir con lo que hacia o dejaba de hacer su equipo y se transformo en un ejercicio de analizar a cada segundo cual era la nueva ocurrencia del arbitro.
Habrá que esperar, como decía un amigo colombiano “No se sabe que aceite queda hasta que no se frita la ultima empanada” y muy pronto sabremos si estas líneas solo están escritas al calor de un partido o si cada quien supo con que soga se ahorco.

domingo, 27 de septiembre de 2009

La necesidad tiene cara de hereje.

Hoy, cuando volvía a casa después de ver Bolívar - The Strongest alguien desaforado le gritaba al técnico del equipo atigrado, al calor de la derrota al parecer todo vale, “Choli desgraciado” “teníamos que empatar con universitario” “Eres un pelotudo” entre varias otras frases, entonces me pregunte que había pasado por la cabeza de la dirigencia y del cuerpo técnico de The Strongest para asumir una victoria frente a Universitario de Sucre que ponía, al equipo de Achumani, automáticamente frente a su clásico rival, al cual, entre otras cosas, no le gana hace mas de dos años, digo entre otras cosas porque, mas allá de las pasiones, Bolívar es el equipo mas regular, ordenado y mejor reforzado de todos los equipos de la liga profesional del futbol en Bolivia, esto, desde luego, no significa para nada que Bolívar sea imbatible y se comprobó justamente en la fase de cuartos de final, pero de ahí a que se apueste por que es un rival fácil de ganar para pasar a las finales de un campeonato, existe una distancia que estoy seguro, midieron todos en el equipo atigrado.
Entonces cabía preguntarse si realmente The Strongest tenia alguna posibilidad de pasar a la final y recordé de inmediato las palabras de un amigo periodista que sostuvo hace unos días que “el tigre” fue el mejor equipo de los cuartos de final de este torneo (yo creía que fue Oriente Petrolero, pero respeto su opinión) y a esto sume el análisis de otro periodista que me aseguro que no solamente The Strongest va a eliminar al Bolívar sino que además es el virtual campeón del torneo. Cuando recibes este tipo de argumentos de personas que dedican su trabajo a esto resuelves obedecer a la abuela que te dijo siempre “zapatero a tus zapatos” y deje atrás algunas realidades palpables para mi humilde observación, como que The Strongest es el equipo mas inestable de los que llegaron hasta esta fase, creo que podemos contar con los dedos de una mano las veces que repitió un mismo equipo, es Gutiérrez dependiente y cuando este se cansa el futbol en el equipo termina, hoy el titular es el tercer arquero, su ultima línea carece de un líder claro que ordene al equipo atrás, sus delantera esta en manos de un Vásquez al que le gana tanto su temperamento que casi siempre termina jugando para el otro equipo. Mas allá de todo esto me convencí que The Strongest es uno de los equipos con oportunidad de campeonar en este momento.
La serie aun no ha terminado, queda un partido donde, por como se dan las cosas en el futbol y en especial en el nuestro, todo puede pasar, pero las cosas están claras, dos partidos bien jugados, mas allá de los segundos tiempos, que son otro gran problema de The Stronges, no creo que sea suficiente para hacernos creer que los problemas futbolísticos se habrían resuelto.
Una vez terminado el partido era de suponer que algo mas allá del deseo de campeonato había pesado en Achumani, en este momento no tengo la menor duda, la realidad económica por la que atraviesa hoy el equipo centenario de nuestro futbol seguramente les exigió tomar la decisión de enfrentar al Bolívar, solo así garantizaban la recaudación que vimos hoy en el Siles y así al menos pagar dos meses de planilla que a estas alturas debe ser la principal prioridad del club, muy por encima de los resultados deportivos, la necesidad tiene cara de hereje… también me lo decía la abuela.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Un aporte de Ivan Canelas Lizárraga

- Iván Canelas Lizárraga

¿A LA DISIDENCIA?... A PALOS




El libre pensamiento dentro de la institucionalidad cruceña ha sido secuestrado. Las evidencias de esa afirmación respiran en la intemperie hace bastante tiempo. Para pocos es desconocido que las pruebas de la exigencia de sostener un pensamiento único existen, las mismas que incluso han sido mostradas por algunos medios de comunicación que difunden, como una constante, las amenazas, golpes, insultos, la persecución, las acusaciones y hasta los destrozos provocados por explosiones en las mismas casas de los no alineados.

Estos hechos nos muestran que el camino de la intolerancia está bien allanado en la ciudad de Santa Cruz, donde hoy, no hay cabida para quienes hagan público un pensamiento distinto al que sostienen los grupos que han copado los centros de decisión, especialmente los cívicos, quienes al parecer, han sido tocados por la gracia divina o por un poder sobrenatural, para pensar por los demás y para hacer prevalecer ese pensamiento, que por supuesto, sólo refleja una ínfima parte de todo el abanico de ideas y propuestas de una sociedad que cada día emerge con más fuerza a la intelectualidad como lo es hoy la cruceña.

Por culpa de las élites (de las cívicas), que están ocupadísimas en sus problemas internos, en sus politiqueos locales y que permanecen enclaustradas en su cerrado patio trasero, hoy en Santa Cruz, no hay libre albedrío para pensar y menos para hacerlo a escala nacional. Nadie que sea una figura pública y que emita un criterio distinto al de los grupos señalados, se salvará se ser literalmente maldecido en vivo y por televisión, además de ser incluido en las listas de “traidores a Santa Cruz”, sí… esas, las que aparecen fijadas en las paredes cercanas a la plaza principal y en las que además se los cataloga como “los malos hijos de la región”, “que no merecen vivir”.

El nuevo blanco de este fascismo criollo (entendido en su base intelectual como la sumisión de la razón, a la voluntad y acción despótica), es nada menos que el líder de una de las organizaciones más importantes de Santa Cruz, la Cámara de Industria y Comercio (Cainco), que en las horas precedentes se animo a disentir, al proponer, lo que para muchos resulta una formalidad: invitar al Presidente Evo Morales a la Feria Exposición de Santa Cruz, lo que en otras palabras significaba abrir canales de conciliación entre el Gobierno y algunos sectores de producción económica. Ese hecho, el del diálogo y la reconciliación, por la actitud cívica asumida, no le conviene a algunos poderosos de la región, ¿pero a quién no le puede convenir la paz?, sólo, claro está, a los que se benefician con la guerra.

Algo tan simple como una invitación, resultó ser un poderoso catalizador del odio que destilan las almas de quienes forman estos grupos de poder. Nada más se hizo pública la intención, para que los cívicos, en la denominada Asamblea de la Cruceñidad (qué nombre tan grande para unos cuantos) y a la cabeza de las hormonas del presidente del comité Luis Nuñez, hagan muestras de su profundo racismo, rabia, odio, rencor e impotencia. Al final de cuentas esa reunión, sólo sirvió de escenario para advertir y recordar a los disidentes cruceños que aquí está prohibido pensar, y que si piensas está prohibido decirlo (menos públicamente) y que si finalmente te animas a decirlo, tendrás que atenerte a las consecuencias es decir, el linchamiento civil y mediático, la estigmatización como enemigo interno y la expulsión, aunque verbal, de esta tierra, “que les pertenece”.

Y es que a estas personas que hoy pretenden manipular el pensamiento, no se les puede hacer preguntas como, ¿podemos invitar al primer presidente indígena a la feria?, porque simplemente, no son capaces de responderla con argumentos, sino con una retórica colmada de rabietas.

¿Cuándo se perdió la libertad de pensar, criticar y proponer al margen de las élites cívicas?, ¿en qué momento se instauró la amenaza y el linchamiento contra quienes no comparten el pensamiento de algunas familias?, ¿a qué hora la agresión contra el pensamiento libre se volvió normal?, ¿cuándo fue que los grupos en cuestión se convirtieron en dueños de Santa Cruz a tal punto de hablar por toda la región?, ¿será cierto que las familias que en el pasado se hicieron millonarias con los gobiernos neoliberales, hoy también representan a miles de pata pilas que viven en los barrizales del Plan Tres Mil, la Villa 1ro de Mayo o en las provincias?, ¿será el miedo a también perder el poder localista, el que hace que estos grupos radicales ahora arremetan con toda brutalidad verbal contra sus mismos coterráneos?.

Cuidado que la población deje de percibir esos excesos de beligerancia, como actitudes propias de la naturaleza y empiece a pensar que ante ellas ya no hay que resignarse, sino actuar firme y decididamente, ya que algo sí es cierto: hoy en Santa Cruz, la gente no puede dar un paso por si sola, sin que ellos, los iluminados, den su visto bueno u en su defecto orquesten todo un show para fustigarlos.

La experiencia de los últimos años ha enseñado a la gente que desafiar al poder local no es broma, sin embargo, y en definitiva, no cala en la personalidad del cruceño esa frase de Vauvenargues que dice: “la esclavitud humilla tanto a la gente que ésta acaba amándola”.
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(*)Iván Canelas Lizárraga es Periodista

viernes, 4 de septiembre de 2009

DISCURSO DE LA VICTORIA: 4 DE SEPTIEMBRE DE 1970


Adjuntado en Facebook por un grupo muy interesante... Gracias


Con profunda emoción les hablo desde esta improvisada tribuna por medio de estos deficientes amplificadores. ¡Qué significativa es -más que las palabras- la presencia del pueblo de Santiago que, interpretando a la inmensa mayoría de los chilenos, se congrega para reafirmar la victoria que alcanzamos limpiamente el día de hoy, victoria que abre un camino nuevo para la patria, y cuyo principal actor es el pueblo de Chile aquí congregado! ¡Qué extraordinariamente significativo es que pueda yo dirigirme al pueblo de Chile y al pueblo de Santiago desde la Federación de Estudiantes! Esto posee un valor y un significado muy altos.

Nunca un candidato triunfante por la voluntad y el sacrificio del pueblo usó una tribuna que tuviera mayor trascendencia, porque todos lo sabemos: la juventud de la patria fue vanguardia en esta gran batalla, que no fue la lucha de un hombre, sino la lucha de un pueblo; ella es la victoria de Chile alcanzada limpiamente esta tarde.

Yo les pido a ustedes que comprendan que soy tan solo un hombre, con todas las flaquezas y debilidades que tiene un hombre; y si pude soportar -porque cumplía una tarea- la derrota de ayer, hoy sin soberbia y sin espíritu de venganza, acepto este triunfo que nada tiene de personal y que se lo debo a radicales, socialistas, comunistas, socialdemócratas, a gentes del MAPU y del API, y a miles de independientes. Se lo debo al hombre anónimo y sacrificado de la patria; se lo debo a la humilde mujer de nuestra tierra. Le debo este triunfo al pueblo de Chile, que entrará conmigo a La Moneda el 4 de noviembre.

La victoria alcanzada por ustedes tiene una honda significación nacional. Desde aquí declaro, solemnemente, que respetaré los derechos de todos los chilenos. Pero también declaro, y quiero que lo sepan definitivamente, que al llegar a La Moneda, y siendo el pueblo gobierno, cumpliremos el compromiso histórico que hemos contraído de convertir en realidad el programa de la Unidad Popular.

Lo dije: No tenemos ni podríamos tener ningún propósito pequeño de venganza. Sería disminuir la victoria alcanzada. Pero, si no tenemos un propósito pequeño de venganza, tampoco, de ninguna manera, vamos a claudicar, a comerciar el programa de la Unidad Popular, que fue la bandera del primer gobierno auténticamente democrático, popular, nacional y revolucionario de la historia de Chile.

Dije, y debo repetirlo: Si la victoria no era fácil, difícil será consolidar nuestro triunfo y construir la nueva sociedad, la nueva convivencia social, la nueva moral y la nueva patria.

Pero yo sé que ustedes, que hicieron posible que el pueblo sea mañana gobierno, tendrán la responsabilidad histórica de realizar lo que Chile anhela para convertir a nuestra patria en un país señero en el progreso, en la justicia social, en los derechos de cada hombre, de cada mujer, de cada joven de nuestra tierra.

Hemos triunfado para derrotar definitivamente la explotación imperialista, para terminar con los monopolios, para hacer una seria y profunda reforma agraria, para controlar el comercio de importación y exportación, para nacionalizar, en fin, el crédito, pilares todos que harán factible el progreso de Chile, creando el capital social que impulsará nuestro desarrollo.

Por eso, esta noche, que pertenece a la historia, en este momento de júbilo, yo expreso mi emocionante reconocimiento a los hombres y mujeres, a los militantes de los partidos populares e integrantes de las fuerzas sociales que hicieron posible esta victoria que tiene proyecciones más allá de las fronteras de la propia patria.

Para los que están en la pampa o en la estepa, para los que me escuchan en el litoral, para los que laboran en la precordillera, para la simple dueña de casa, para el catedrático universitario, para el joven estudiante, el pequeño comerciante o industrial, para el hombre y la mujer de Chile, para el joven de la tierra nuestra, para todos ellos, el compromiso que yo contraigo ante mi conciencia y ante el pueblo -actor fundamental de esta victoria- es ser auténticamente leal en la gran tarea común y colectiva. Lo he dicho: mi único anhelo es ser para ustedes el compañero presidente.

Han sido el hombre anónimo y la ignorada mujer de Chile los que han hecho posible este hecho social trascendental. Miles y miles de chilenos sembraron su dolor y su esperanza en esta hora que al pueblo pertenece. Y desde otras fronteras, desde otros países, se mira con satisfacción profunda la victoria alcanzada. Chile abre un camino que otros pueblos de América y del mundo podrán seguir. La fuerza vital de la unidad romperá los diques de las dictaduras y abrirá el cauce para que los pueblos puedan ser libres y puedan construir su propio destino.

Somos lo suficientemente responsables para comprender que cada país y cada nación tiene sus propios problemas, su propia historia y su propia realidad. Y frente a esa realidad serán los dirigentes políticos de esos pueblos los que adecuarán la táctica que deberá adoptarse. Nosotros sólo queremos tener las mejores relaciones políticas, culturales, económicas, con todos los países del mundo. Sólo pedimos que respeten -tendrá que ser así- el derecho del pueblo de Chile a haberse dado el gobierno de la Unidad Popular.

Somos y seremos respetuosos de la autodeterminación y de la no intervención. Ello no significará acallar nuestra adhesión solidaria con los pueblos que luchan por su independencia económica y por dignificar la vida del hombre en los distintos continentes.

Sólo quiero señalar ante la historia el hecho trascendental que ustedes han realizado, derrotando la soberbia del dinero, la presión y amenaza; la información deformada, la campaña del terror, de la insidia y la maldad. Cuando un pueblo ha sido capaz de esto, será capaz también de comprender que sólo trabajando más y produciendo más podremos hacer que Chile progrese y que el hombre y la mujer de nuestra tierra, la pareja humana, tengan derecho auténtico al trabajo, a la vivienda, a la salud, a la educación, al descanso, a la cultura y a la recreación.

Pondremos toda la fuerza creadora del pueblo en tensión, para hacer posible estas metas humanas que se ha trazado el programa de la Unidad Popular.

Juntos, con el esfuerzo de ustedes, vamos a realizar los cambios que Chile reclama y necesita. Vamos a hacer un gobierno revolucionario. La revolución no implica destruir, sino construir; no implica arrasar, sino edificar; y el pueblo de Chile está preparado para esa gran tarea en esta hora trascendente de nuestra vida.

Compañeras y compañeros, amigas y amigos:

¡Cómo hubiera deseado que los medios materiales de comunicación me hubieran permitido hablar más largamente con ustedes, y que cada uno hubiera oído mis palabras, húmedas de emoción, pero al mismo tiempo firmes en la convicción de la gran responsabilidad que todos tenemos y que yo asumo plenamente!

Yo les pido que esta manifestación sin precedentes se convierta en la demostración de la conciencia de un pueblo.

Ustedes se retirarán a sus casas sin que haya el menor asomo de una provocación y sin dejarse provocar. El pueblo sabe que sus problemas no se solucionan rompiendo vidrios o golpeando un automóvil. Y aquellos que dijeron que el día de mañana los disturbios iban a caracterizar nuestra victoria, se encontrarán con la conciencia y la responsabilidad de ustedes. Irán a su trabajo mañana o el lunes, alegres y cantando, cantando la victoria tan legítimamente alcanzada y cantando al futuro. Con las manos callosas del pueblo consciente y disciplinado podrá realizar.

América Latina y más allá de la frontera de nuestro pueblo, miran el mañana nuestro. Yo tengo plena fe en que seremos lo suficientemente fuertes, lo suficientemente serenos y fuertes, para abrir el camino venturoso hacia una vida distinta y mejor; para empezar a caminar por las esperanzadas alamedas del socialismo, que el pueblo de Chile con sus propias manos va a construir.

Reitero mi reconocimiento agradecido a los militantes de la Unidad Popular; a los Partido Radical, Comunista, Socialista, Social Demócrata, MAPU y API; y a los miles de independientes de izquierda que estuvieron con nosotros.

Expreso mi afecto y también mi reconocimiento agradecido a los compañeros dirigentes de esos partidos, que por sobre las fronteras de sus propias colectividades hicieron posible la fortaleza de esta unidad que el pueblo hizo suya. Y porque el pueblo la hizo suya ha sido posible la victoria, que es la victoria del pueblo.

El hecho de que estemos esperanzados y felices no significa que vayamos nosotros a descuidar a vigilancia. El pueblo, este fin de semana, tomará por el talle a la patria y bailaremos desde Arica a Magallanes, y desde la cordillera al mar, una gran cueca, como símbolo de la alegría sana de nuestra victoria.

Pero al mismo tiempo, mantendremos nuestros comités de acción popular, en actitud vigilante, en actitud responsable, para estar dispuestos a responder a un llamado si es necesario que haga el comando de la Unidad Popular. Llamado para que los comités de empresas, de fábricas, de hospitales, en las juntas de vecinos y en los barrios y en las poblaciones proletarias vayan estudiando los problemas y las soluciones; porque presurosamente tendremos que poner en marcha el país. Yo tengo fe, profunda fe, en la honradez, en la conducta heroica de cada hombre y cada mujer que hizo posible esta victoria.
Vamos a trabajar más. Vamos a producir más.

Pero trabajaremos más para la familia chilena, para el pueblo y para Chile, con orgullo de chilenos y con la convicción de que estamos realizando una grande y maravillosa tarea histórica.

¡Cómo siento en lo íntimo de mi fibra de hombre, cómo siento en las profundidades humanas de mi condición de luchador, lo que cada uno de ustedes me entrega! Esto que hoy germina es una larga jornada. Yo sólo tomé en mis manos la antorcha que encendieron los que antes que nosotros lucharon junto al pueblo y por el pueblo.

Este triunfo debemos dárselo en homenaje a los que cayeron en las luchas sociales y regaron con su sangre la fértil semilla de la revolución chilena que vamos a realizar.

Quiero antes de terminar, y es honesto hacerlo así, reconocer que el gobierno entregó las cifras y los datos de acuerdo con los resultados electorales.

Quiero reconocer que el jefe de plaza, general Camilo Valenzuela, autorizó este acto, acto multitudinario, en la convicción y la certeza que yo le diera de que el pueblo se congregaría, como está aquí, en actitud responsable, sabiendo que ha conquistado el derecho a ser respetado; respetado en su vida y respetado en su victoria; el pueblo que sabe que entrará conmigo a La Moneda el 4 de noviembre de este año.

Quiero destacar que nuestros adversarios de la Democracia Cristiana han reconocido en una declaración la victoria popular. No le vamos a pedir a la derecha que lo haga. No lo necesitamos. No tenemos ningún ánimo pequeño en contra de ella. Pero ella no será capaz jamás de reconocer la grandeza que tiene el pueblo en sus luchas, nacida de su dolor y de su esperanza.

Nunca, como ahora, sentí el calor humano; y nunca, como ahora, la Canción Nacional tuvo para ustedes y para mí tanto y profundo significado. En nuestros discursos lo dijimos: somos los herederos legítimos de los padres de la patria, y juntos haremos la segunda independencia: la independencia económica de Chile.

Ciudadanas y ciudadanos de Santiago, trabajadores de la patria: ustedes y sólo ustedes son los triunfadores. Los partidos populares y las fuerzas sociales han dado esta gran lección, que se proyecta más allá, reitero, de nuestras fronteras materiales.

Les pido que se vayan a sus casas con la alegría sana de la limpia victoria alcanzada y que esta noche, cuando acaricien a sus hijos, cuando busquen el descanso, piensen en el mañana duro que tendremos por delante, cuando tengamos que poner más pasión, más cariño, para hacer cada vez más grande a Chile y cada vez más justa la vida en nuestra patria.

Gracias, gracias, compañeras. Gracias, gracias, compañeros. Ya lo dije un día. Lo mejor que tengo me lo dio mi partido, la unidad de los trabajadores y la Unidad Popular.

A la lealtad de ustedes, responderé con la lealtad de un gobernante del pueblo; con la lealtad del compañero presidente.
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