jueves, 15 de julio de 2010

LA CABEZA DE ZEPITA...




Por: El Papirri
“Sentada en la oreja de la cabeza de Zepita /esta la Margarita aspirando Tanner/ candidato en la polera, sopleteada de cebollas/ 15 años en las pecas y su ombligo vocaliza 5 meses”, así inicia la canción mía- de las mejores- dedicada al icono urbano de mi ciudad de La Paz. En aquella intensa década del ’90, desde la Casa de la Cultura paceña, observaba transcurrir todo el linaje vital, todo el impulso de mi ciudad en la Plaza de los Héroes y en el latido mítico de la Pérez Velasco. El corazón paceño, así de grande, pulsaba vigoroso sus hilos de solidaridad en aquel territorio trascendente. Allí nos encontrábamos, nos descifrábamos. Era de ver a los aymaras urbanos lustrándose los cachos vía cajón celeste, k’este. Pobres, dignos, esperaban, miraban siempre desde aquella alturita, ellos eran los héroes de la Plaza. La Pérez lograba que La Paz siempre esté de navidad. La Cabeza de Zepita nos congregaba, volteaba gobiernos, los mártires alimentaban a las apachetas de la escultura de Ted Carrasco, erigida como centro capital, como taypi paceño. A partir de allí se levantaba la intensa visión del casco histórico desde San Francisco para atrás, con sus adoquines de lomo de ballena, brillando. Era de verse los colores del pasaje floreciente, los coleccionistas de libros históricos pagineanado, Nos vemos en la Pérez¡ señalábamos felices rebalsando salteñas. En las noches, se encendía aquella festividad imperecedera, las caseras de sucumbe hacían pasar el frío, los anticuchos afeitaban las estrellas. En las mañanas, los ex combatientes ponían y sacaban gabinetes, los lustras descansaban jugando un partidito, el pajpacu de la esquina vendía rata calva sin amebas, los choros te invitaban chicle.
De pronto llegó la violación del espacio, la amputación del imaginario, la apropiación indebida, transformaron- a la fuerza- el corazón paceño en hígado, en bilis, en orines. Ahora se quejan que la Cabeza de Zepita se volvió mingitorio siendo que el propio gobierno edil generó esto. Construyen-con nuestra plata- un bloque de cemento al mal gusto, una especie de mercado con textura de Terminal, un remedo de market que quebranta el centro histórico de La Paz. Y todavía declaran que el monumento de Carrasco infringía el paisaje urbano ¡
Me queda admirar aun mas a esta ciudad de Quito que creó un FONSAL (Fondo de Salvamento) que resguarda su casco histórico de los disparates de algún alcalde de turno, recreando su memoria de manera respetuosa, restaurándola e interviniéndola con amor y consenso. Si esta “intervención” se realizaba en Quito, las autoridades ediles autoras serian rigurosamente castigadas por terrorismo cultural al centro histórico. Siento que la ahora denominada Plaza Mayor paceña es el símbolo de un pensamiento colonial depredador, discriminador, deshumano. Antes-está comprobado- aquella horrible pasarela liquidó nada menos que a la Pérez Velasco volviéndola un viaducto solitario, gris y peligroso.
Lo cierto es que hoy arrasan con el corazón de La Paz. El patrimonio tangible de la ciudad esta siendo quebrantado con daños irreversibles, con topadoras ignorantes, la obra de Ted Carrasco exiliada a un barrio shik, la venerable Plaza de los Héroes -territorio solemne paceño- vuelta ceniza por técnicos de fruslería. Y lo peor, el patrimonio intangible ha sido cercenado, la visión del icono, el vigor del taypi, la celebración del artista callejero, la ilusión del desempleado, la valentía del mártir aymara en la guerra del gas, la alegría del mocochinchi, las caseras y su linaza esparcida, las flores espontáneas, los hermanos lustras de ALPEVE (Asociación de lustra calzados de la Pérez Velasco) generando su milagro, alimentando a miles de niños y adolescentes trabajadores, toditos perseguidos, arrasados por una visión edil pseudo modernista que invoca al cadalso ultramarino, que insta a regar a los mas pobres con agua helada para retirarlos de la Plaza Mayor. Y los paceños dicen algo? Parece que no, aceptaron en su rutina tensa la trasgresión de la memoria .O huyeron al sur…
Algunos soñamos con retornar la Cabeza de Zepita a su venerable lugar en un acto de reparación. Y resucitar la Pérez .Mientras, la gestión municipal sigue devastando sin miedo nuestra heredad con la complicidad del colegio de arquitectos, con el silencio de un comité cívico paceño de ga gas cuyo presidente creo es de Oruro. Pronto pondrán ascensor en Las Velas, moll en el Tambo Quirquincha, pavimentaran la Jaén, parkeo en el Illimani, creando -eso si- mas puestos policiales sin motivo como el de la Plaza Abaroa que solo trajo desolación. Pero no hay que amargarse, algún día La Paz rugirá de nuevo, reciclara esta miseria con el verdadero sentido común del paceño caminador de sus subidas. Pronto, La Paz volverá a recuperar su ajayu superando el abuso de los que solo la conocen desde sus autos oficiales. Mientras tanto, hay que pararlos y prevenir más transgresiones urbanas, convocar de emergencia a los concejales no oficialistas ( los hay?) para frenar el exterminio .Aunque sea a la barra ultra sur del Tigre hay que convocar para que protejan de tanta inauguración de pacotilla nuestra alma inclusiva, nuestra vida fraterna, nuestra La Paz del trato amable, la del artesano creativo, la del comerciante respetuoso, La Paz humana, alegre y con memoria. Me han hecho renegar estos giles. Truenen laderas: hasta cuando pues ¡

Fiestas Julianas 2010.

2 comentarios:

  1. Magnífica descripción del sentimiento de tantos paceños que ante el dolor de ver nuestra ciudad una y mil veces "violentada" tuvimos que alejarnos y no ver mas. Eso es, levántese la ULTRA SUR, ya volveré y nos uniremos para de una vez decir: "Hasta aquí llegó la Francia, por su mala gobernancia"

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  2. Sí, pero... Yo respeto y estimo al amigo Papirri, y aunque debo conceder que no me gusta nadita que La Paz se esté transformando en una metrópolis acerada y gris debemos admitir que los tiempos siguen cambiando y quedarse atrás, por muy nostálgicos que seamos, no redundará en ningún bienestar para la mayoría. ¿Cuál es el camino a seguir? Honestamente no lo sé, el Papirri nos recuerda que no debemos olvidar nuestra humanidad, nuestros principios y nuestra esencia. Todo muy cierto, el cómo hacerlo es un reto. Yo recuerdo la Pérez como la relata la canción, incluso más antes de ella la describiera. También vi cómo se transformó en cueva de rufianes donde a cada paso se producía un robo o algo peor --yo mismo y toda mi familia fuimos víctimas. La Pérez era ideal como escondite para todos esos rufianes; eso es algo que no me gusta recordar de ella, entre otras cosas más como la basura y la contaminación ambiental y sonora del lugar. No sé, es un caso difícil para el cual no pareciera haber una alternativa evidente, o al menos nadie la presenta. Mientras eso no ocurra, el/los alcalde/s paceño/s harán de las suyas para 'modernizar' nuestra La Paz y convertirla en alguna otra cosa ajena a nuestra memoria, mientras algunos soñadores seguiremos añorando lo que esta ciudad era y tratando, a nuestro modo, de evitar que el cambio sea demasiado traumático.

    Saludos Rebeldes

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