sábado, 15 de mayo de 2010

Racistas, clasistas, homófobos o… GITANA si quieren abreviar.


Fernando Molina

DIARIO PÁGINA SIETE, VIERNES 14 DE MAYO (pág. 17)



Ésta no es una columna como las que suelo escribir. Tiene otra relevancia, seguramente mayor: la importancia de lo cotidiano. El pasado sábado, diez amigos decidimos ir a La Gitana, una exitosa discoteca de la zona Sur de La Paz. Éramos tres bolivianos y siete extranjeros, entre ellos una joven española que quería conocer este prometedor “garito” (como se llama en jerga española a nuestros “boliches” o sitios de diversión). Todos sobrios y razonablemente elegantes. Fuimos.

En la puerta, el portero nos dijo que los extranjeros podían entrar, pero que, en cambio, algunos de los bolivianos no, porque “no eran clientes habituales”. El argumento resultaba, claro, risible. La mayoría de los extranjeros no había pisado nunca La Gitana, pero podían entrar. En cambio, a los bolivianos se nos exigía ser “habituales”, lo que, por cierto, resulta bastante dilemático. Por ejemplo, ¿cómo se logra ser habitual si a uno no lo dejan entrar la primera vez? O, mejor todavía, ¿quiénes, aparte de unos cuantos gandules adolescentes, pueden “especializarse” en la asistencia a un salón de baile?

Estos ridículos pretextos, por supuesto, intentaban esconder una verdad muy distinta. “Algunos” de los bolivianos de mi grupo no podíamos entrar a La Gitana porque, a juicio del portero, teníamos aspecto de ser de “medio pelo”, “huachafos”, “cholos”, o cualquier otro sinónimo que el lector quiera poner en este lugar. Quien haya ido a esta discoteca sabe que no otra es la política de la casa.

Una de las españolas del grupo, movida por esa furia ibérica a la que la historia debe tantas páginas gloriosas, le gritó al portero, un tipo de dos metros de alto, que en ese garito eran “unos racistas de mierda”. Tal cual. No lo digo yo, sólo lo cuento, pero con indisimulada fruición.

El portero sólo atinó a responder que la culpa no era suya, que si no actuaba así perdía su trabajo. Y no tenemos por qué dudarlo. Él mismo es un boliviano mestizo como tantos.

Esa noche no pudimos entrar a La Gitana y sentimos, en carne propia, qué es ser discriminado por razones étnicas y fisonómicas. Probamos “el mal que es esencial a toda injusticia”, para decirlo en palabras de Sócrates. Pero no por eso nos desanimamos. Sócrates también enseñó que es preferible sufrir una injusticia que cometerla. En todo caso, nosotros no éramos los “racistas de mierda”.

Es llamativo que las autoridades de dos de los países más indígenas del continente, Bolivia y Ecuador, al mismo tiempo que se llenan la boca de invocaciones a la inclusión, no hayan impuesto normas contra los mecanismos concretos de discriminación. Lo que hace cada día La Gitana y otros negocios como éste va en contra de la Constitución, pero no existen espacios donde esto pueda demostrarse. Igual que siempre, la cháchara es mucha; el cambio real, poco.

Un par de veces he votado por Juan Del Granado y, ahora mismo, lo hice por Luis Revilla. Voto por la izquierda local porque se me ocurre que en ella se encarna el liberalismo ético en el que creo. Y en el terreno municipal, me parece, importan más los valores que la economía o la política. ¿Soy un ingenuo? Ya lo veremos. Desde aquí llamo al Alcalde a tomar medidas (generales, que no se me entienda de otra forma) para evitar que los jóvenes de origen indígena sean, cada fin de semana, heridos en su dignidad y autoestima.

11 comentarios:

  1. Y no sólo en la "famosa" GITANA, sino a la vuelta en PUEBLO VIEJO y en el centro de la ciudad en locales como MAMÁ DIABLO ó la discoteca GOLD (sita a dos cuadras del Mercado Rodríguez, ¡por favor!!!).
    Ese famoso y estúpido letrerito "NOS RESERVAMOS EL DERECHO DE ADMISIÓN" debería ser obligatoriamente cancelado y si acaso cambiado por "NO PERMITIMOS EL INGRESO DE MENORES DE EDAD NI PERSONAS EN ESTADO INCONVENIENTE". Claro, soñar es gratis, ¿no?

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  2. Y quien te manda a votar por los más hipocritas.
    Si desde el inicio del Gobierno del MAS en la adminsitración del gobierno central se puede ver a funcionarios de diferentes orígenes sociales y raciales en el GMLP en los ultimos 5 años hubo un proceso de "blanqueo" de los funcionarios.

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  3. Bueno no nos equivoquemos en hechar la culpa a las autoridades, aunque ellos puedan hacer algo para cambiar esta situacion, el hecho es que hasta que no borremos totalmente esas autoclasificaciones que nos damos como bolivianos va ha segui asi, esto debe partir de todos, es facil intentar cambiar a las autoridades, lo dificil es cambiar uno mismo, y el que ya lo haya hecho, pues bien cambie a su entorno todos tienen una responsabilidad en esto, para llegar a que un dia seamos bolivianos y nada mas!!, esos boliches son clasistas elitistas bueno nose, pero porque asistir a esos boliches si tu forma de pensar no va en esa linea, pero tengo que admitir que todos alguna vez intentamos o entramos a uno de estos, pero la diferencia es que no continuamente, la gente que va a estos boliches todo el tiempo solo porque le da cierto status es tan hueca como los dueños asi que nada si todos cambian su mentalidad esos boliches fracasaran solos.

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  4. jajajajajajaajaj, lo unico que faltaba, el gobierno es el que origino que no te dejen entrar a los boliches...jajajajaja, la miopia en su mas alta magnitud.
    hace exactamente 17 años comence a trabajar formalmente y lo hice en uno de estos locales, hace 17 años que no se deja entrar a changos en zapatillas o si su cabello no esta reluciente,"no son clientes frecuentes, es una fiesta privada, nos reservamos el derecho de admision, es un club privado, etc etc etc" me conozco todos los argumentos... pero claro es mas comodo pensar en que Evo lo hizo... asi nos va...

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  5. yo he tenido el privilegio de ser encargado de la seguridad del "Taypi" en sus mejores momentos, en lo mas alto de su buena fama en la noche paceña, y definitivamente ha sido uno de los pocos locales que he conocido en donde bastaba con estar absolutamente sobrio y moderadamente bien vestido para que te dejen entrar sin amyor problema. Artistas como Ester Marisol, Llajtaymanta, Bonanza, Los Canarios del Chaco, el mismisimo Chaqueño Palavecino entre otros tocaron alli para deleite de muchos y verdaderamente el dueño y yo a mas de que paguen la entrada, vengan sobrios y moderadamente bien vestidos y no hagan desmanes pues no se impedia la entrada a nadie, a pesar de tener el famoso letrerito del derecho de admision. La verdad es que es cuestion de conciencia y de principios, la ignorancia te lleva muchas veces a sentirte tan sabio que te atreves a discriminar.

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  7. Realmente indignante el relato, pero desgraciadamente suena familiar, a nosotros, que no gozamos de una clase social privilegiada a primera vista, que no tenemos los recursos para ir asiduamente a estos lugares o que simplemente no nos van.
    Un amigo me contaba cuando tuvo que pagar 100 Bs. mas a un personal de seguridad prepotente, (por cierto este individuo era de piel más oscura, que además era conocido suyo) para entrar a un boliche similar al Gitana, en la Ballivián, que cambió muchas veces de nombre, (quisiera pensar que por actitudes como esta), no se fué, porque era la primera cita con la muchacha.
    La discriminación sucede día a día en el extranjero, pero menos, gracias a recursos como: la hoja de reclamación y el derecho al consumidor, estos medios, si bien no la eliminan del todo, es una forma tangible de plantear tu indignación.
    Quizás sea mucho pedir a las autoridades que realicen normativas para estos casos y más para que las hagan cumplir, pero lo que si se puede hacer es asimiliar esta empatía y aplicarla a nuestro entorno, esto no cerrará boliches elitistas como estos, pero si evitará que la discriminación, el separatismo y el racismo siga haciendo tanto daño a nuestro país como lo ha estado haciendo hasta ahora.

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  8. Muchas veces esa discriminacion, se da en todos los ambitos, incluso algunos que se sienten discriminados, crusan la calle y discriminan a otros, debemos ser bien concientes de que de uno mismo debe nacer esa lucha por termianar con la discriminacion, no solo esa que es contra uno, sino tambien esa que es contra los demas (muchas veces de nuestra parte), y a seguir luchando la libertad la hace uno con su lucha y sus ideas, no echandole la culpa a los demas.

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  9. Todos somos testigos de estas discriminaciones cada fin de semana, que turbio que necesitemos que nos toque ser "victima" de ella para recién tomar conciencia y hablar (protestar) sobre esto. Todos terminamos siendo, de un modo u otro, discriminadores... Que asco me da lo hipócritas que podemos llegar a ser.

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  10. Sucede en todas partes del mundo asi que no es de extrañar. Esto es una mezcla de administración de un negocio y la discriminación. El concepto de seleccionar gente en un local, no es necesariamente por discriminación racial. Apuesto que "capos de carteles" y los nominados "new rich" tienen libre paso y la mayoría de estos no son necesariamente "arios" de hecho tinen el génoma muy diferente a los de los que "sí pueden ingresar", entonces ahí el que manda es el bolsillo y los contactos. El problema es que en Bolivia copiamos mal todo. Cada negocio sea cual fuere tiene derecho a seleccionar a su clientela, el problema en este caso es que los porteros tienen el complejo del tamaño de sus bíceps y no saben distinguir entre un potencial cliente y si encima le añadimos de que estos personajes están dotado de cierto poder, lo usan a ultranza. Y sí, es cierto perdería su trabajo si los dejan pasar, entonces el más estúpido es el propietario. Acá el gobierno poco o nada tiene que ver en estos asuntos. Soy propietario de boliche (para nada jailón)y nunca tuve el famoso letrero, pero soolo puede permanecer dentro quien pagó su entrada, tiene buena onda y que no está en estado etílico avanzado (yema). De cualquier manera es un insulto lo sucedido, es una mala copia de lugares inn.

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  11. Mejor que no te dejaron entrar. El Equinoccio y los bares alternativos de la Belisario Salinas son más divertidos. Según me cuentan amigos que por vestirse de otra forma si pudieron entrar, es un boliche de 2 x 2 en el que tocan música bastante ordinaria.

    Alguna vez me acerqué y no me dejaron entrar porque mi "vestimenta no estaba acorde al lugar". Y pensé: "en mejores boliches he estado".

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