Estaba a punto de caer la tarde, el calor húmedo y
penetrante se colaba por las ventanillas del vehículo y de un momento a otro,
luego de casi 16 horas de viaje se dibujo en mi mirada la silueta del monumento
icono de la cruceñidad en los últimos años, aunque de espaldas, El Cristo
redentor me daba la bienvenida, estaba finalmente en la ciudad de Santa Cruz,
rápidamente, me comenzó a inundar la aparentemente acelerada manera de vivir
que tiene esta ciudad, pareciera que no solo crece sin detenerse un segundo,
esta ciudad, dicen, vive sin freno, sin pausa, alguien me dijo que es la mezcla
de su alegría, de sus pasarelas, de sus fotos y de sus modas, es la presencia
silenciosa de sus asaditos y de su patasca casi infiltradas en las rotondas,
camufladas entre el glamour de sus mujeres y la verborrea tan peculiar de sus
hombres, los bocinazos en el semáforo cuando aun esta en rojo, las carreras descontroladas
en el segundo anillo o lo lento y tedioso de su transitar en vehículo por la
calle libertad o la Rene Moreno en las horas pico, sin embargo, como una
necesidad de dar un suspiro te puedes encontrar con rituales que te devuelven a
esa misma ciudad pero en paz y en ese clima de tranquilidad tan suyo, camino
por la plaza principal y me detengo súbitamente ante la mirada enternecedora de
un oso perezoso que lentamente asciende por un árbol y que parece decirme con
sus movimientos que haga una pausa y que mire verdaderamente a mi alrededor,
claro, de cuando en cuando, suceden estas cosas en esta ciudad, la misma que comencé
describiendo casi sin detenerme, tal como aparentemente es, pero que al final
del día en realidad es un resumen de momentos que hacen del vivir un disfrute
pleno, Santa Cruz no solo es la bondad de su clima, la belleza de sus mujeres,
o lo generoso de su suelo para la producción, si la amabilidad es ley del
cruceño, es porque justamente la forma de vivir de este, es simple, sin
arrebatos, al cruceño le gustan las cosas sencillas de la vida, el cruceño
mantiene esa bella cualidad de estar en familia los fines de semana, el
churrasco o un majadito pueden ser los pretextos pero en realidad es que luego
de vivir la semana se siente la necesidad de retornar al núcleo, los hijos, los
hermanos, los primos, los abuelos, los padres, parecen transformarse en el
centro de las necesidades de todos, es como una catarsis que ayuda a retomar la
siguiente semana, son sus afectos a flor de piel.
Luego de estar un tiempo por acá, la energía del cruceño te
recuerda que a veces la vida hay que tomarla con mas calma, no significa que no
te importe desde luego, tiene que ver en realidad con no perder de vista lo
bueno que es vivir, del otro lado nos perdemos de manera recurrente en pensar
que en Santa Cruz se vive desde la banalidad, que sus certámenes de belleza o
la vida privada de sus “famosos” son lo único que le interesa al habitante de
esta ciudad, pero cuando verdaderamente te rozas con su gente, caes en cuenta
muy rápidamente que recorre por sus venas la necesidad de expresarse, de sentir,
de ser y de estar, en el último tiempo ha sido abrumadora la cantidad de gente
que busca en el arte y en la cultura retornar a su esencia, por estos días, el
campo ferial luce su mejor cara para recibir a tanto expositor no solo nacional
sino también extranjero y en una cantidad importante, pero en paralelo el
FENAVID y su Quijote 2.0 invade también la ciudad, el mas importante concurso
del audiovisual sucede hace mas de 10 años en esta ciudad, hace unos días que
se viene escuchando jazz en diferentes puntos de y hace unos días con un par de amigos nos
quedamos con la cara larga porque no encontramos entradas para ninguna función
de la orquesta sinfonica de Santa Cruz, los ciclos de cine independiente están
en boca de todos, la escuela nacional de teatro comienza a mostrarnos a sus profesionales en sendas
temporadas de obras que se han preparado para el consumo interno, en la música
hace unos meses estábamos despidiendo a nuestro buen Fabio y su Azul Azul de la
mundialmente conocida “Bomba” y casi de manera simultanea podíamos dar la
bienvenida y apreciar toda la energía que transmite Pirai Vaca y un cuarteto de
guitarras que nos dejo admirados, Ronaldo Vaca Pereyra volvió hace poco de
hacer una gira, visito Brasil y Argentina, Matamba también viajo y nuevamente
nos trajo esa alegría de compartir con la gente de otras ciudades ese trabajo
tan suyo pero que nos lo regala cada vez con mas cariño, Cristian Kraus se
instalo en la ciudad y semana a semana también comparte su trabajo, Querembas
con otros muchos grupos mas también encuentran sus espacios y claro Glen Vargas
con Track transitan el ser esa leyenda andante, los grupos culturales en los
barrios cada vez son mas visibilizados, el maravilloso trabajo en el centro
cultural San Isidro del plan tres mil acaba de llevar adelante su segundo
festival de hip hop y en estos días presento su primera revista informativa
radial, luego de hacer por mucho tiempo su radio bocina, un proyecto
maravilloso donde se formaron periodistas urbanos que cuentan y construyen
ciudadanía desde sus visiones y sus vivencias.
Santa Cruz no solamente quiere crecer, Santa Cruz esta
comenzando a necesitar cada vez con mayor firmeza un espacio que podamos
compartir entre todos por igual, la
gente comienza a reflexionar acerca de cómo se convive en esta ya metrópoli
nacional, como entendemos el respeto, el bien común, como construimos entre
todos un nuevo orden que nos permita desarrollarnos de manera coherente, este
debate que se empieza a instalar en los barrios que piden mejores condiciones
de vida y también dentro de la ciudad han comenzado a gestar iniciativas
ciudadanas que son mas que interesante, están los barrios pintudos que convoca
a las juntas vecinales para trabajar en torno a iniciativas que garanticen
mejores condiciones de vida o una intervención ciudadana que ha tomado a las
redes sociales como punta de lanza para interpelarnos entre todos con un “SANTA
CRUZ CÓMO VAMOS”, la ciudad comienza a moverse hacia una reflexión que
terminara de conformar los siguientes 40 o 50 años y es este momento el que
vale la pena hacer participativo, el buen vivir puede resumir muchas cosas pero
cuando se piensa de manera amable y se construye desde un comportamiento
inclusivo puede lograr ser determinante en la construcción de imaginarios que
hacen al bien común y a una cultura de paz para todos y entre todos.
Hace unos días pensaba en todo esto sentado en un banco de
la plaza principal de Santa Cruz mientras acompañaba con la mirada a un
perezoso y un buen hombre se me acerco y me dijo “uno es
de donde le dan de beber” y fue en ese momento en el que comenzaron a
escribirse estas líneas… GRACIAS SANTA CRUZ…
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